
Adolescentes en situación de calle
Lo más importante es tener presente que, las niñas y niños que viven en la calle son como cualquiera de los niños y niñas de nuestros barrios. No existe ningún estatuto que los haga “especiales” o distintos del común de otros niños. Es su situación de vida expuesta al límite de la supervivencia y la referencia hacia la calle, lo que en un momento determinado, altera el curso de sus historias personales.
“La calle no es un hogar. Es una herida abierta que no puede seguir ignorándose.”
Programas para adolescentes y mujeres en situación de calle
El método CuMeCo adaptado a la educación de calle tiene una experiencia de 9 años de trabajo directo e intervención psicoeducativa en las calle de Santa Cruz de la Sierra, Bolivia
Asesoramiento psicológico: postrauma
Mentoría educativa: reinserción a la sociedad
Investigación científica

Para sanar heridas, expresar vivencias y reconstruir vínculos, desarrollar competencias emocionales, fortalecemos su identidad y bienestar.
Terapia postrauma y sanación

Para reencender el deseo de aprender y reconstruir el vínculo con la educación para recuperan la confianza y trazar su propio camino de aprendizaje y futuro.
Para la reinserción a la sociedad

Para comprender su realidad, orientar mejor las intervenciones y diseñar programas educativos y psicosociales más efectivos, basados en evidencia.
¿A quién está dirigido este proyecto?
Nuestros programas están orientados a actores clave comprometidos con la transformación social y educativa de adolescentes en situación de calle:
- Adolescentes, jóvenes y mujeres en situación de calle que buscan una salida a su situación de manera independiente.
Instituciones sociales y ONG que trabajan con niñez y adolescencia en situación de riesgo o exclusión social.
Programas y entidades gubernamentales vinculadas a políticas públicas en infancia, juventud, salud mental, educación y desarrollo humano.
Universidades, centros de investigación y académicos interesados en estudios aplicados sobre infancia vulnerable, intervención comunitaria y educación no formal.
Fuerzas del orden público y operadores de justicia, como la Policía de Intervención, Defensorías, juzgados de niñez, para el diseño de protocolos sensibles y efectivos.
Familias solidarias, benefactores y fundaciones que deseen apoyar económica o personalmente la educación, formación y reintegración social de adolescentes.
Redes interinstitucionales, foros y mesas técnicas de trabajo colaborativo en derechos humanos, infancia, inclusión y género.
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