Psicología para mujeres!
Este espacio, es creado con una mirada sensible y necesaria: una psicología que reconoce tus ritmos, tus cargas y tu historia.
Sobreponerse es comenzar a sanar desde una comprensión profunda de lo que eres y de lo que has vivido como mujer.
Aquí podrás reencontrarte contigo misma desde tres dimensiones esenciales:
🔬 Tu cuerpo

El cuerpo femenino vive cambios cíclicos y transformaciones profundas: menstruación, fertilidad, embarazo, posparto, menopausia… pero también atraviesa desafíos como el síndrome premenstrual intenso, el síndrome de ovario poliquístico (SOP), la endometriosis, los trastornos tiroideos o los desequilibrios hormonales que afectan el ánimo, el sueño y la energía. Comprender estos procesos no solo es clave para tu salud mental, sino también para honrar lo que eres y cuidarte con mayor conciencia y compasión.
🧠 Tu mente

La mente de las mujeres ha sido moldeada por mandatos de autoexigencia, perfección, culpa y sacrificio. A menudo cuesta concentrarse, organizarse o tomar decisiones propias cuando todo gira en torno a las expectativas ajenas. Desde la psicología femenina, trabajamos para liberar esos patrones, fortalecer tu claridad mental y ayudarte a enfocar tu energía en lo que realmente importa: tu bienestar, tu deseo y tu pasión.
💖 Tu corazón

Las emociones de las mujeres han sido ignoradas, minimizadas o etiquetadas como “exageradas”. Sin embargo, la ansiedad, el estrés, la tristeza profunda, la culpa, la irritabilidad o el vacío emocional no son debilidades: son señales de algo que necesita atención. Desde la psicología femenina, te ayudamos a escuchar, comprender y regular tus emociones, no para reprimirlas, sino para transformarlas en aliadas de tu bienestar y tu poder interior.
Beneficios

En este entrenamiento podrás
conectar tu cuerpo, tu mente y tu corazón para una plena satisfacción…
Aprenderás a…
ponerle nombre a lo que sientes y regularlo
detectar su pensamientos irracionales y sus patrones para cambiarlos
entender tu cuerpo, comprender tus dolencias, sanarte
relajarte en cualquier contexto
comprender el mundo y las personas que te rodean sin que te afecte demasiado
manejar tus recursos creativamente
ser autónoma en tus emociones, pensamientos y acciones
Y, sobre todo, a soltar la ansiedad, el estrés, el miedo, la angustia, la preocupación, el desamor, el desencanto, el qué dirán, lo que esperan de ti, lo que no quieres ser, las muchas ocupaciones por los demás, la culpa por no llegar a todo, el cansancio emocional de sostener a otros, las dudas que sabotean tus decisiones, la necesidad de complacer, el juicio hacia tu cuerpo, la sensación de no ser suficiente, el agotamiento por hacer más de lo que puedes, y la desconexión de ti misma….
Enfoques científicos

Y sí, todo esto está basado en ciencia…
con métodos comprobados:
La Terapia Cognitivo-Conductual, para que dejes de pelearte con tus pensamientos como si fueran chismosos de barrio.
La Racional Emotiva, para que te reprogramas como si fueras tu propia ingeniera emocional.
La Psicología Positiva, que no es “todo es bonito” sino “aprende a ver lo bueno, incluso cuando la vida te lanza limones… sin previo aviso”.
La Gestalt, para que entiendas por qué siempre repites lo mismo y no es culpa de Mercurio retrógrado.
El Mindfulness, para que dejes de correr con el cerebro en piloto automático y puedas respirar con calma.
Y sí, el cuerpo también entra en la ecuación: no solo es tu transporte, también guarda emociones, historias… ¡y merecen ser escuchadas!
Así que… ¿a qué esperas? ¿A que el gobierno te mande una carta certificada que diga “es tu momento de sanar”? Spoiler: no va a pasar.
Pero tú sí puedes decidir. Y empezar. Aquí. Ahora.
💬 Valoración de mujeres como tú.
“Llegué agotada, sin saber por qué me sentía tan mal… y acá entendí que no estaba loca, solo estaba cargando con todo.”
— S. 35 años
🌿 “Aprendí a dejar de exigirme perfección y a empezar a vivir.”
Antes sentía que todo tenía que estar bajo control, incluso mis emociones. Hoy entiendo que ser mujer no es estar siempre fuerte, sino también permitirnos ser vulnerables y humanas.
— L. 44 años
“Empecé a escuchar mi cuerpo. Antes me enojaba con él todo el tiempo. Ahora lo entiendo.”
— L. 49 años
“Me di cuenta de que me trataba con una dureza que nunca usaría con nadie más.”
— V. 39 años